Esta es la última entrada desde Pergamino. La próxima vez que escriba ya estaré en Rosario.
Estos últimos días han sido estresantes. He quedado destruida física y psíquicamente. Quisiera tomarme las cosas con humor como hago siempre pero no puedo. Me duele todo lo que entra en el rubro anatomía y no es por esfuerzo físico.
Recién llego de llevar a mi mamá al médico, la volvió a examinar y no tiene absolutamente nada. Le había dicho a mi hijo que le avisaba cuanto tiempo iba a estar internada, porque si no tenía nada la dejaba yo en terapia intensiva de un palazo en la cabeza, pero no tuve el valor de hacerlo. Los médicos están de paro, así que me apiadé de las pobres enfermeras y me la traje de vuelta.
Ahora mi preocupación es Braulio, está en tratamiento con inyecciones y no sé todavía si va a salir. Espero que si porque es el que menos se merece estar enfermo.
En fin, salgo de un caos, espero encontrar un poco de tranquilidad. Hoy alguien me dijo que debía aceptar mi karma. Algún día me haré una regresión hipnótica para saber quien fui en mi otra vida y zapatearme la tumba.
Y como no tengo ganas de hablar, ni de escribir, ni de leer, ni de nada de nada, finalizo esta entrada llena de pálidas y mala onda, que yo también tengo derecho a la queja bruta… de bruta que soy nomás.
En un par de horas desconecto la PC para empacarla, así que mi próxima entrada será desde la ciudad del verde y del sol en todas las esquinas.
Paz y amor que la vida es bella!!